En ese colchón hablamos de que vos veces tenés miedo. Hablamos del loro de la abuelita Delia. Hablamos de los sueños esos que me despiertan a las seis de la mañana, transpirada y al borde de las lágrimas. Hablamos de las cosas más estúpidas que hay... Después es muy probable que muerdas un hombro, o la nariz, o un cachete, o una oreja, o donde puedas. Y te quedes un rato ahí.
Es el colchón de la fiaca. El colchón que no nos deja salir, nos chupa hasta las once y media de la mañana aunque hayamos puesto el despertador a las nueve.
En ese colchón tus rulos son lo más lindo y mi color de pelo es tema de conversación. En ese colchón las cosquillas no son una tortura. En ese colchón somos un caleidoscopio.
Menos mal que existe ese colchón.
Es el colchón de la fiaca. El colchón que no nos deja salir, nos chupa hasta las once y media de la mañana aunque hayamos puesto el despertador a las nueve.
En ese colchón tus rulos son lo más lindo y mi color de pelo es tema de conversación. En ese colchón las cosquillas no son una tortura. En ese colchón somos un caleidoscopio.
Menos mal que existe ese colchón.
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