Bueno, resulta que ahora empieza la época en la que una escribe una gran serie de sandeces que no le importan a nadie, como por ejemplo que empezamos a trabajar temporalmente de secretaria.
Otro buen ejemplo sería también describir como el sábado a la noche sin planearse fue bastante grandioso. La pollera plisada, los zapatitos así, y el pelo hacia el costado. Eso también entraría dentro de las sandeces sin importancia: el pelo hacia el costado nos hace sentir lindas (nos? a vos y a quien más?).
Se podría agregar que hace unos tres días que no puedo respirar y que la garganta me está matando, que los hospitales no nos gustan y que voy a tener que acompañar a gente que quiero mucho a entrar y salir todo el tiempo, que eso se siente como un elefante en el pecho, que extraño hacer esas cosas que me gustan, que me encantaría saber que fue lo que pasó, que tengo dudas, dudas y dudas.
Ah, y también empieza la época en la que espero desesperadamente tres cosas (sin orden de importancia particular):
1. Un llamado telefónico.
2. Un email.
3. Un sí.
4 kommentarer:
bueno, yo te voy a dar un comentario que dice así: fuerza.
que todo llega cariño
SÍ!
Bueno, ya tenemos lo segundo y con lo segundo vino lo tercero. Ahora queda lo primero...
Estoy tan felíz que podría tomarme todos los margaritas del mundo.
A brindar carajooo!
eh, me da vergüenza, pero ya ni me acuerdo a que venía el llamado telefónico.
el mail se podría decir que uno me llegó y el otro todavía lo espero. =)
y giuseppina, el SI es oooootro si. además, eso no fue un si lo que vino con el mail. dios, tenemos que hablar, así dejo de escribir sandeces.
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