Me tomo un avión hoy, otro pasado mañana y otro el viernes para volver a mi punto de partida. Cada vuelta es un torbellino.
El otro día le contaba a Momo que hace dos años que no tengo casa, que mi casa esta cambiando, que se mueve. Momo me dice que desde que se fue de Yugoslavia porque no se podía más con el Mariscal su casa se transformó tantas veces que ya perdió la cuenta.
Copenhagen es su casa desde hace casi diez años. Pero sigue sintiendo la constante necesidad de movimiento. Por eso nos conocimos. Por eso estuvimos en Berlin y después en Copenhagen mientras me trataba de enseñar a hacer la vertical en un parque en donde nos perseguían los patos.
Copenhagen es un poco mi casa también. Como Córdoba. Como Berlin, aunque ahí siempre me siento un poco más atolondrada.
Y ahora, tengo un solo día por delante y me voy, y tengo un miedo mirá. Este pánico que me agarra siempre... pero con un poquito más de angustia. Porque todo se agranda a medida que uno se enrieda más y más en las calles de una ciudad. Porque me quedaron mil cosas por hacer. Porque ayer, cuando estaba en la playa de Ishøj, y me pegaba el viento helado en la cara, y las olas me hacían cosquillas en las botas de lluvia, me escondí un poco del frío en el rompevientos prestado y lloré.
Y ahora tengo ese noséque en la mandíbula. Entendés?
Mi vuelo sale de Kastrup a las 21.20hs.
tirsdag, maj 27, 2008
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I am not young enough to know everything.
·Oscar Wilde·
·Oscar Wilde·
1 kommentar:
Si negra, entiendo y muy bien. Ya vamos a conversar. Te espero el viernes con un abrazo abrigado.
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