mandag, marts 03, 2008

Head in a Suitcase.

Ese día abri google sin la más mínima, y terminé a los gritos en la oficina, buscando desesperadamente el celular para explicarte que pensé que me había vuelto un poco loca, y que estaba viendo visiones.
De ahí mails, y más mails.
Ese otro día me fui al consulado con toda la predisposición del mundo, y salí con dos o tres formularios y un premenstrual que me mataba. Decidí que no iba más (de la ruleta te quiero llevar) porque todo esto había salido de algún lado que todavía no entiendo y me había llevado a darme cuenta de que acá, sentada al frente de esta esterilla llena de pupitos de colores, no quiero estar más, y punto.
Además, después de unos días, me dediqué a relajarme y bailar, y explotar como fiesta patronal y ridiculizar y terminar y cortarme el flequillo así y que todo el mundo me pregunte si me oscurecí el color, cuando ni ahí, si hace como tres años que no me tiño.

El color de mi pasaporte ya no me preocupa tanto. Me di cuenta de que mi cabeza está en este y en un millón de otros lugares, que mi corazón está en mi cabeza, que mi casa es un concepto en constante metamorfosis, que siempre es hoy, que el tiempo es algo que hago y deshago entre los dedos como el hilo de Sonia (o de Ariadna, como quieras), que necesito que me quieran pero que también entiendo que es difícil quererme si nunca se sabe bien donde estoy (con el cuerpo y con el espíritu), porque en definitiva, quien sabe donde me voy a despertar mañana.

2 kommentarer:

Anonym sagde ...

Pasé y me quede. Que lindo tu blog, no importa donde estes, yo tampoco se bien donde estoy, escribir siempre está bueno...
un beso!

Little Miss Strange...* sagde ...

Euge:
Gracias! Realmente, no importa bien donde estás, siempre y cuando puedas poner las cosas afuera un rato y contemplarse.

I am not young enough to know everything.
·Oscar Wilde·

Soy Fotógrafa.

Ya fue