A mi me encanta volar.
Es increible.
La parte que más me gusta es el despegue... tiro la cabeza para atrás, respiro hondo y abro bien los ojos... y lo siento en la base de los pulmones, en la espalda y en la planta de los pies. Es como in recorrido, y el sonido de las turbinas que acompaña. Increible.
Aterrizar no es igual de lindo, es como el recorrido pero solo cuando está terminando. Sin embargo, hace cinco días, cuando al bajarme del avión, pisé Montevideo, respiraba mar y arena, y me completé.
Después fue una vorágine de desayunos con mi papá y su gran diario argentino, arena, viento, sal, almuerzos en la playa, canciones en la guitarra de mi hermano, sushi o paella, pileta a las siete de la tarde, mate dulce (y eso que a mi no me gusta el mate dulce), y esas cosas que se hacen cuando uno decide que si me echan del trabajo, me consigo otro: me voy a visitarlo a papá a Uruguay.
Ahora ya estoy de vuelta, me queda el marmolado de Conaprole de ayer y un vestido nuevo (en oferta!)... le mentí a mi jefa, y al final falté tres días a trabajar, pero la cabeza está limpia y lista para volver al torbellino. Y zambullirse.
Como en lo más profundo del mar.
tirsdag, januar 29, 2008
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I am not young enough to know everything.
·Oscar Wilde·
·Oscar Wilde·
1 kommentar:
offffffff
te odio. que envidia
mi corazon pertenece a uruguay. qe cosa hermosa por dios!!!
brindo por ti
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