onsdag, maj 31, 2006

En la peatonal...

Tengo como quince minutos todavía antes de entrar a un mundo de telefonía local y gringos enojados... y es Junio. Junio en Córdoba puede ser hermoso... y lo viene siendo.
Además, como si fuera poco, estoy en la peatonal... a unos pocos metros gente, a unos menos metros, gente. Todos sabemos que me gusta mucho la gente.
Abro mis Memorias de Adriano y me dispongo a disfrutar de mis últimos diez minutos de paz, me siento en el tercer escalón de la gran entrada de la Catedral... justito al frente de la Plaza San Martín.
Veo con el rabillo del ojo a ese buzito rojo, con un escaso metro de esatura que no llegaba a los siete años, a aproximadamente media cuadra de mi persona. Se dispone a ofrecerle a todos y cada uno de los que estamos sentados en los escalones de la Catedral unos adornitos fluorescentes para noséque del celular. Ensayo varias veces, mientras lo espío acercarse, alguna forma de decirle que no sin ser demasiado ruda.
De repente, la sombre me tapa el libro, y cuando levanto la cabeza, un par de ojitos marrones me miran y me espetan un: ¿Te querés casar conmigo?
Todo mi ensayo se me cayó al piso. ¿Y ahora? Rápido... el poder de improvisación no me puede abandonar en este momento... Casarme no quiero, pero te puedo comprar pururú dulce, si tenés ganas... Cinco segundos de pánico, y como por arte de magia, se dibuja una sonrisa en la trucha sucia de mi pretendiente... Bueno, sí tengo ganas!

He made my day. Definetly.

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I am not young enough to know everything.
·Oscar Wilde·

Soy Fotógrafa.

Ya fue