mandag, september 05, 2005

*Post para mí*

Abrió los ojos despacio, descubriendo la luz de a poco. Tenía frío, todavía tenía la ropa mojada. Le costaba respirar, y estaba sola. Después de levantarse, poner a lavar la ropa y las sábanas y hacerse un café, se sentó a lado del teléfono para descubrir que no tenía mensajes en el contestador. No había llamadas perdidas en su celular, ni mensajes de texto demorados, y estaba sola.

Agarró un bolso y se fue a nadar; nadie la saludó en las cuatro cuadras que separaban su casa del natatorio. La chica de la recepción ni la miró, los vestuarios y la pileta estaban vacíos. A la hora y media estaba de nuevo en su casa. Todavía no se había puesto a pensar en lo que había pasado la noche anterior… lo único que la había sorprendido era la indiferencia de la chica de la recepción. ¿No se acordaba de nada? Probablemente, ella fuera como todas las otras, y como ella… y que tuviera miedo.

¿Y a quien podía contarle? ¿A quien se le reclamaba todo el sofocamiento, toda esa garganta oprimida, todo ese chapoteo, todo ese dolor y todo ese placer simultáneo de la noche anterior? Si ella se desentendía, nos quedábamos sin cómplices… No. La chica de la recepción no era como las otras. La chica de la recepción la quería, se lo había dicho, no la iba a lastimar, no la iba a dejar sola. No se iba a quedar sola.

A los dos días, volvió al natatorio, abrió la puerta y se topó con unos ojos grandes y color avellana, que le sonreían…: “Hola, soy Pablo. Estoy acá porque Claudia se fue a vivir a Europa… ¿vos sos socia? ¿conocés el sistema, no?”. Se quedó helada… salió corriendo como nunca, atravesó el patio y se tiró a la pileta. Cuando sintió que el agua había inundado por completo su cuerpo, liberó todo su aire en un millón de burbujas… estaba sola, de nuevo.

1 kommentar:

Anonym sagde ...

Sola, si, pero no solo liberó el aire, también se liberó ella misma en ese millón de burbujas.

I am not young enough to know everything.
·Oscar Wilde·

Soy Fotógrafa.

Ya fue